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“Fábula de Román y el Enano”

Posted by admin on mayo 12, 2023
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Hace ya un tiempo, la vieja Guadaña, celosa y envidiosa del cariño que vos conseguías, no se aguantó más y llamó a la puerta de la vieja esquina de 25 de Mayo y Moreno. No podía soportar que tanta gente dejara de sufrir aunque sea un ratito cuando vos te acercabas. Si algo sabemos, es que “La Muerte” sabe hacer muy bien su trabajo. Es ingeniosa y estudia muy bien cual camino será mejor para cumplir su objetivo. Es responsable y cumplidora, nunca llega tarde y hasta es capaz de llegar algo temprano, a veces demasiado. Pero esa vez te escondiste detrás de las rejas y la asustaste: no recuerdo bien si fue detrás de la cortina, o pintado de payaso triste pero Tu joda esta vez funcionó. Vos te reíste, a carcajadas, vos conseguiste un relato más que te cansaste de contar en cientos de asados, cumpleaños y reuniones donde captabas la atención de la mesa, porque vaya si te gustaba eso… te movías como pez en el agua.

La cuestión fue que con tu jodita, hiciste que se asustara hasta la misma Muerte. Por un tiempo. Si hay algo que la caracteriza no es justamente su cobardía, muy por el contrario. Tomó fuerzas y alertada sobre tus cualidades de jugar bien al fútbol, esta vez en un torneo de abogados, te esperó pacientemente detrás de un arbusto o de un pozo de la ruta 34, cerca de Santiago del Estero (para cualquier extranjero que pueda leer estas líneas “pozo” se refiere a los dibujos con bajorrelieves que tienen todas las benditas rutas del país). La cosa es que tu P206 y dentro de él la notebook, donde mirabas películas para apaciguar el aburrimiento que te generaban los viajes, empezaron a dar vueltas y vueltas hasta que ningún pedacito quedó reconocible. Sin embargo, cual Pantera Rosa que da un paso en el instante preciso para saltar de la casa que cae en picada, saliste airoso por la luneta y nuevamente te reíste, te trajiste una historia más y el rulo de cuentos en reuniones volvía a suceder otra vez, ahora con nuevo apodo: AQ7 “El Inmortal”.


– ¡¡¡ No puede ser… !!! – gritó la Muerte que empezaba a inquietarse. – Encima me carga de que es inmortal!! –
Juntó coraje nuevamente. Ya les dije de la obstinación que le puede generar un trabajo pendiente. Dejó apaciguar las aguas, paciente. Mientras tanto en la vereda humana la popularidad de AQ7 se logró trasladar a Mercedes ampliando su territorio, porque créanme que soy testigo presencial de la frase más maravillosa que he escuchado infinidad de veces sin cansarme jamás, ahora también en la ciudad vecina: Que sos de Agustín…? La respuesta mía la variaba solo para el ejercicio personal y como diversión literaria, porque siempre estuve seguro que detrás de esa frase había un: “Gracias”, “Que hermoso loco”, “Que buen tipo”, “Comimos un asado y me hizo cagar de la risa”.

Fue así que “La Vieja Parca” bancándose incluso pasar la pandemia sin poder ni siquiera acariciarlo de cerca (y eso que fue como voluntario y conejito de india de la vacuna…) (ups, quizás… solo quizás… dejo eso para otro momento), pero bueno, tomó la piedra para aumentar el filo de sus herramientas y una vez más dar el golpe. Después de todo y con la experiencia ganada que tuvo con “El D10S” quería asegurar ya mismo el resultado, no sea cosa que esto se desmadre otra vez. Entonces, disfrazada ahora de médico para darte su dulce beso, entró en la misma habitación donde el Otorrino te había dejado en recuperación de una cirugía menor, y te pegó muy fuerte. Pero las relaciones que armabas cuando alguien te conocía, tenían la intención de ser duraderas, y por eso este Doctor, el verdadero, la sacó a Lily, corrió a un lado a la farsante, te gritó más fuerte y te pegó tanto para traerte, que logró hacerte esta vida un poco menos efímera, dejando varias consecuencias al respecto: en primer lugar porque la que se asustó esta vez fue Lily; en segundo lugar Francia, y en tercer lugar vuelta al rulo de la inmortalidad, los cuentos, el humor negro de los que saben jugar con fuego en causa propia.
Todo ello significaba una frustación tan grande para “ELLA” que la fue envenando por dentro. Se empezó a preguntar si ya no era capaz de hacer su tarea. Revisaba sus protocolos y no encontraba defectos. Llegó a dudar tanto de si misma que releyó libros de autoayuda, hizo constelaciones, consultó la ubicación de los astros, y todo era como con la mayoría de su casuística: perfecto. Ya la Muerte harta de sí misma dejó de ser calculadora. Empezó a jugar feo, a hacer trampa. Como no tenía problemas de moralidad, porque eso es para los vivos, agarró el viejo reglamento de fútbol y rompió una de sus reglas, esa que decía que había que estar sano para jugar, por fuera y por dentro. Y el partido arrancó. Me basta con decirles que la cuestión ya se convirtió en un duelo mano a mano, con el respeto de contrincantes que se saben y que tienen potencial de hacerse daño. Y ese duelo tiene una voz en off de Victor Hugo, porque la pelota siempre al Diez y el relato a Victor Hugo. “Arranca por la derecha el genio del fútbol mundial…”

En el viejo FUTBOL jugaste toda la vida de wing, de 7, (como me gustaba verte jugar, te seguía por cuanto Papi-Futbol se armaba) aunque en realidad bailabas, porque jugar jugamos los mediocres, vos fuiste grande, y tenías tanto amague y gambeta que siempre quisiste volver a esa época en que Douglas Haig casi te lleva, a ese equipazo de Tururú, a ese Frontón. Tus historias y sobre todo las más recientes hablaban continuamente de ese pasado lejano que a pesar de que la panza y las piernas no eran las mismas la magia estaba allí, y la frotabas de cuando en cuando. De chico te miraba, de grande tuve el PRIVILEGIO de jugar con vos, (pero la puta madre, como disfrutaba jugar de vos o con vos y mirá que te puteaba). Fue así que la noche del 10, como no podía ser de otra manera, de mayo, hace apenas unas horas, nos tocó enfrentar al Club Mercedes, clásico rival de barrio, de vecinos y encima con titularidad asegurada. El desafío no podía ser mejor. Estaba en juego parte importante de la clasificación. En las tribunas como en todos los partidos de futbol senior hay más gente en los bancos de suplentes que espectadores. Poca gente, parecía querer disfrutar ese juego, pero allí estaban firmes papi junto con Lily, el Padrino, Gamuza, Dinamita y pocos otros -¡Dale Palito…!!! – se gritaba. Habiendo tirado magia en el primer tiempo, fuimos al descanso empatados 0 a 0. No saliste el segundo tiempo y la noche empezó a cubrirse de una oscuridad espantosa. Quizás “Ella” estaba dispuesta a partirte un rayo si se le escapaba esta vez. El cambio parecía renovar las piernas que necesitaba nuestro equipo. El gol del Frontón parecía disipar los nubarrones, sin embargo saliste caminando del banco por fuera de la cancha, cerca de la raya, como debe ser en un verdadero Wing, te observé en un destello caminando raro, hasta que el peso de la presión ahogó tus latidos. Te desplomaste. La ambulancia voló hacia la cancha y hacia el hospital. Parecía que nada se podía hacer y la señora Muerte se sintió victoriosa. Con el pecho hinchado de orgullo y con aquellas ganas de disfrutar de una tarea finalizada entró a disfrutar de su festín y pavonearse por los pasillos de la sala velatoria gritándoles a todos: – A la Muerte se le tiene miedo carajo…!!! A todos los voy a ver…uno por uno… ! Estaba con hambre, con ganas de alimentarse de su combustible preferido: La tristeza.

Pero esta es la historia más linda del recuerdo de AQ7, y no se podía quedar así quietito, de brazos rígidos y blancos de mortaja. Nunca le gustó que la fiesta no sea vivida por el protagonista y no pensaba dejar las cosas así. Esta vez Agustín no apeló a videos graciosos, memes, relatos de caídas propias y ajenas. No no, esta vez hizo algo mucho más grande. Algo que tenía que ser eterno, porque su rival así lo exigía. Esta vez empezó a hablar a través de la gente que lo conoció, de la gente que sintió su partida sabiendo que muchos de estos casos si se aplicaba “algo habrá hecho… (por ellos)”. El dolor compartido se sana más rápido y la gente con un vacío inmenso que solo puede generar un tipo así quiso venir a compartirlo. Y estoy seguro que lo va a compartir en el tiempo que viene, un tiempo nuevo como diría el cura Gustavo. Y son tantos esos momentos, ese tiempo, esos relatos que nos regalaste que la Muerte definitivamente fue vencida. No porque vos fueras la reencarnación de Cristo ni porque este señor haya venido a salvarte. La muerte fue vencida porque precisamente lo que mantiene vivo a una persona es la colección de momentos disfrutados vueltos a disfrutar en el relato del encuentro, muy a pesar de que en ese nuevo encuentro no esté físicamente AQ el Inmortal. Una travesura más conseguida, que quizás se va a convertir en video celestial como a vos te gustaba llamarlo.

Este triunfo, el más importante de TU VIDA, vos lo soñaste y seguramente lo festejaste con el Topo Gigio de Román, pero El Enano… “El Enano” como vos me decías, se queda desorientado, porque tiene ganas de ir a festejar con vos, de abrazarte…. Y no te encuentra. Ah, y la Muerte… con toda su sabiduría, no tuvo más remedio que reírse, como se aceptan las derrotas ante un grande…

AUTOR casi anónimo

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